La organización sin fines de lucro, St. Vincent de Paul, tiene una larga historia de ayudar a los necesitados con su servicio de farmacia. Sirven a personas que no tienen seguro o mínima cobertura ya que consideran que nadie debería elegir entre surtir una receta, llenar su tanque de gasolina o llenar su carrito de compras.
En solo dos años, han atendido a 3.500 pacientes y surtido más de 15.000 recetas. Eso es más de $2 millones en medicamentos, y todo ha sido gratis.
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Photo: Getty Images