El sistema inmune de las personas vacunadas o que ya pasaron una infección por coronavirus elimina la variante ómicron antes de que les haga enfermar de gravedad, según varios estudios preliminares realizados en Suráfrica, EE UU y Holanda. Los autores dicen que esto podría explicar por qué en muchos países ómicron está provocando menos hospitalizaciones y muertes que en otras olas.
Todos los trabajos analizan los linfocitos, unos glóbulos blancos capaces de recordar un patógeno y barrerlo del organismo.
La élite de esos glóbulos blancos la forman los linfocitos asesinos que identifican las células infectadas y las matan. Esto evita que un virus alargue la infección y pueda causar enfermedad grave. A este tipo de linfocitos, conocidos como CD8, se suman los CD4 que ayudan a reactivar al sistema inmune ante una nueva infección.
El equipo de la viróloga Wendy Burgers de la Universidad de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, ha analizado los niveles de los dos tipos de linfocitos en sangre de 90 pacientes vacunados con Pfizer o Janssen— o que habían enfermado por coronavirus. Sus resultados —aún preliminares pues no han sido analizados por expertos independientes— muestran que la respuesta de los linfocitos contra ómicron tiene una intensidad de entre el 70% y el 80% comparada con la de variantes anteriores. El equipo también analizó plasma de 19 pacientes infectados con la ómicron y hospitalizados. Todos ellos estaban sin vacunar y no habían pasado covid antes. Los resultados muestran que su respuesta linfocitaria es igual de efectiva que la de ingresados por otras variantes anteriores.
En EE UU, el equipo del inmunólogo Alessandro Sette ha analizado los glóbulos blancos de 86 personas vacunadas con Moderna, Pfizer y Janssen. Sus resultados preliminares muestran que hasta el 80% de la respuesta permanece intacta contra ómicron. “Estos resultados quieren decir que hasta el 80% de nuestros policías sigue patrullando por el organismo”,
Muchos expertos consideran ya a ómicron el virus con más propagación de la historia.