De acuerdo a un estudio de 2018 publicado en Ciencias del Comportamiento se sabe que exponernos a un entorno natural reduce el estrés psicológico.
Y por eso tener un árbol de Navidad natural nos regala una cantidad de beneficios para la salud mental, incluida una reducción de la ansiedad y la depresión.
"La gente tiende a ser compasiva ante la presencia de plantas vivas en la casa y, por supuesto, los árboles de Navidad encajan perfectamente", según Charlie Hall, profesor y presidente de Ellison en el departamento de ciencias hortícolas de la Universidad Texas A&M en College Station.
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Si seleccionamos el árbol con otros promueve la unión y nos expone al aire libre, lo que mejora nuestra salud psicológica. Eso no es todo. Los árboles de hoja perenne producen fitoncida una sustancia química que aumenta la actividad de las células asesinas naturales que combaten las infecciones virales y son parte de nuestro sistema inmunológico.
A pesar de que la mayoría de los árboles de Navidad se cortan por el tronco mientras las agujas estén verdes y haya luz, se está produciendo la fotosíntesis, cosa que nos beneficia. A través de la fotosíntesis, los árboles producen oxígeno fresco.
Tener un árbol de Navidad natural a veces puede revivir memorias positivas o negativos. Si esta tradición no mejora tu bienestar mental está bien dejarla ir y crear tus propias. ¡Felices Fiestas!
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