“La idea surgió por casualidad, cuando escuché al doctor Cortellaro, jefe del Hospital San Carlo de Milán, que contó en una entrevista del dolor de las personas que ingresaron al hospital y que se internaron en total soledad y aislados de sus familias y amigos, conscientes de lo que estaba a punto de suceder y de la falta de medios tecnológicos para que pudiesen hacer videollamadas con sus familiares”, contó Lorenzo Musotto en su Facebook. “Entonces compramos tabletas para donar al hospital y a un hospicio de ancianos para permitir que los enfermos puedan saludar a sus seres queridos por última vez”.
El propio Musotto ha estado en cuarentena por haber tenido contacto con un amigo enfermo “que ahora está bien”, cuenta el diario La Stampa, y “se sintió culpable por estar en su casa mientras miles de personas en toda Italia están trabajando y luchando incansablemente contra el coronavirus”.
“La idea de no poder decir adiós me duele más que la muerte misma y hay otras residencias para ancianos, hospitales y hospicios donde ya no existe la posibilidad de decir adiós”.
Italia registra hasta este miércoles 2.978 fallecimientos con coronavirus, al haber aumentado en 475 en las últimas 24 horas, según el último balance ofrecido en rueda de prensa por el jefe de la Protección Civil, Angelo Borrelli.
Casos activos actualmente es de 28.710, una alza de 2.648 respecto al martes, mientras que ya han sido dados de alta 4.025.
Con ello, el número de contagios totales desde la detección del brote a finales de febrero es de 35.713, contando los positivos, los fallecidos y las altas.
Se trata del mayor número de fallecidos en 24 horas en un país desde que comenzó la crisis, mientras que en Italia siguen hospitalizados con síntomas 14.363 pacientes y 2.257 en las unidades de cuidados intensivos.
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