¿Helado Y Las Papas Fritas Tan Adictivas Como Las Drogas?

En un mundo en el que picotear papas fritas o disfrutar de una cucharada de helado cremoso es demasiado común, podríamos estar enfrentando una revelación impactante. Un estudio realizado por la Universidad de Michigan ha sugerido que ciertos alimentos ultraprocesados, como el helado y las papas fritas, pueden ser tan adictivos como las drogas. Sin embargo, no todos están de acuerdo con esta conclusión, destacando la naturaleza compleja de los antojos y la adicción a la comida.

La investigación, que analizó 281 estudios de 36 países, descubrió que el 14% de los adultos y el 12% de los niños mostraban signos de adicción a los alimentos ultraprocesados, según lo medido por la Escala de Adicción a la Comida de Yale. Sorprendentemente, se descubrió que estas adicciones a la comida estaban a la par de las tendencias adictivas observadas con el alcohol y el tabaco. La investigadora principal, Ashley Gearhardt, profesora de psicología en la Universidad de Michigan, enfatizó: "Existe un apoyo convergente y consistente a la validez y relevancia clínica de la adicción a los alimentos ultraprocesados", sugiriendo que reconocer ciertos alimentos procesados como sustancias adictivas podría contribuir a mejorar la salud a nivel mundial.

Uno de los hallazgos clave del análisis fue que los alimentos ultraprocesados, típicamente ricos en carbohidratos refinados y grasas añadidas, son altamente gratificantes y pueden ser adictivos. Esta observación plantea la pregunta de si los comportamientos en torno a los alimentos ultraprocesados podrían cumplir con los criterios para el diagnóstico de un trastorno por uso de sustancias en algunas personas.

Sin embargo, no todos en la comunidad de nutrición y salud están completamente de acuerdo con esta conclusión. Alexandra DiFeliceantonio, profesora asistente en Virginia Tech, señaló que si bien ciertos alimentos procesados pueden estimular las sustancias químicas que hacen sentir bien en el cerebro y volverse un hábito, el azúcar en sí mismo no es adictivo de la misma manera que lo son las drogas como la cocaína. Argumentó que renunciar al azúcar no conduce a síntomas de abstinencia ni efectos secundarios como se observa en una adicción real, destacando la conexión intrincada entre los antojos de alimentos, las emociones y los comportamientos aprendidos en torno a la alimentación.

Erin Palinski-Wade, una dietista con sede en Nueva Jersey, compartió este escepticismo y sugirió que la adicción al azúcar podría no ser tan simple como lo insinúa el estudio. Enfatizó que los antojos de alimentos están influenciados por una combinación de factores, incluyendo el perfil nutricional del alimento, las emociones y los comportamientos aprendidos en torno a la alimentación.

No obstante, los hallazgos del estudio plantean preguntas importantes sobre el impacto de los alimentos ultraprocesados en nuestra salud y bienestar. Al comprender las posibles cualidades adictivas de estos alimentos, pueden surgir nuevas vías para la atención clínica y enfoques de políticas innovadores. Los investigadores sugieren que reconocer estas posibilidades adictivas podría llevar a soluciones novedosas para abordar los desafíos planteados por nuestro amor por los alimentos altamente procesados, azucarados y grasos.

Ashley Gearhardt hizo hincapié en la importancia de abordar estos problemas a escala mundial, especialmente en los países de ingresos bajos y medios, donde la asequibilidad, conveniencia y marketing de los alimentos ultraprocesados los hacen particularmente atractivos. Concluyó: "Se requerirá una acción valiente para cambiar estos y otros factores económicos y estructurales que impulsan a las personas hacia los alimentos ultraprocesados".

Al final, aunque el debate sobre si el helado y las papas fritas son tan adictivos como las drogas continúa, está claro que nuestra relación con la comida es un problema que va mucho más allá de simples comparaciones con la adicción a sustancias. Comprender la naturaleza compleja de nuestros antojos de comida y tomar decisiones informadas sobre lo que comemos sigue siendo esencial para nuestra salud y bienestar en general.

@KarlaMeConto

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📷️: Getty Images


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